Del 1 al 7 de Agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Este año el lema a nivel global es “Proteger la lactancia materna: una responsabilidad compartida”. Lo que busca fundamentalmente es anclar el apoyo a la lactancia materna como una responsabilidad vital de salud pública.
El tema está alineado con el área temática 2 de la campaña de la Semana Mundial de la Lactancia Materna-Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, que destaca los vínculos entre la lactancia materna y la supervivencia, la salud y el bienestar de las mujeres, los niños y las naciones.
Esta celebración nos recuerda el derecho que tienen todos los niños y las niñas a ser amamantados, y la importancia de que las madres puedan amamantar con libertad en cualquier momento y en cualquier lugar.
En linea con las recomendaciones de la OMS:
- La leche materna es segura y contiene anticuerpos que ayudan a proteger a los bebés, frente a muchas enfermedades infantiles frecuentes.
- Los bebés deben recibir lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida: les proporciona todos los nutrientes y el líquido que necesitan.
- A partir de los 6 meses, la leche materna se debe complementar con alimentos variados que sean adecuados, seguros y ricos en nutrientes. La lactancia materna debe mantenerse hasta los 2 años de edad o más.
Las mujeres con COVID-19 pueden amamantar a sus hijos si lo desean, adoptando las oportunas medidas de prevención y control de infecciones.
Justamente, en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que destacamos desde el SMAUNaM son los beneficios de la lactancia materna y de la crianza y la interacción madre-bebé, a la hora de prevenir la infección y promover la salud y el desarrollo; en tiempos en que los servicios de salud y otros servicios comunitarios podrían verde interrumpidos o limitados.
Es decir, se debe apoyar a las madres y los bebés para que permanezcan juntos y practiquen el contacto piel con piel; independientemente de que la madre o el bebe tengan o no una infección por el virus COVID-19 sospechosa, probable o confirmada.